Leyenda del Tumbagón
- Sie Sanmiguel
- 26 ene 2018
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Tumbaga era un anillo para la mano, una especie de liga metálica muy quebradiza compuesta de oro y de igual o menor cantidad de cobre, que se empleaba en joyería. Solía entregársela a los frailes y sacerdotes, pues representaba la fidelidad a Dios. Al ser tan frágil, se debía tener mucho cuidado con él; de ahí el nombre de este delicioso dulce. En México, los tumbagones comienzan su historia en 1542, cuando fray Juan de San Miguel y fray Bernardo de Cosín, fundadores de San Miguel de Allende, trajeron esta tradición de origen francés. El dulce se hace con una pasta de trigo, naranja agria, anís y canela, que luego se espolvorea con un poco de azúcar glas. Hoy en día es un clásico sanmiguelense que varias familias han transmitido de generación en generación. Uno de los lugares donde se mantiene esta tradición es La Casa del Tumbagón, que empezó con la señora María Sánchez Domínguez y que continúa hoy con su nieto.



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